Sexo y mentiras en el país del sol naciente
(Primera parte)
Japón es uno de esos países que no dejan indiferente a nadie. Un país que pasó prácticamente de un orden social casi medieval, con ancestrales costumbres y creencias, a un sistema capitalista democrático en muy pocos años.
Sin embargo, cuando uno escarba un poco bajo la brillante superficie de pulcritud, alta tecnología y buenos modales de Japón empieza a darse cuenta de que las cosas no son lo que parecen.
El resultado de aquella fusión entre lo moderno y lo ancestral es un sistema capitalista donde las grandes empresas actúan como una especie de Shogun, que protege y mima a sus empleados y un gobierno democrático que no lo es pero que es capaz de guardar las apariencias de los estándares occidentales.
Los Japoneses consquistaron el mundo con sus productos a base de planificación rigurosa, técnica, perfeccionamiento, disciplina y un fuerte sentimiento de pertenencia a la empresa.
Puede que por la vorágine de optimización de tiempo y esfuerzo hacia la que nos empuja una sociedad cada vez más competitiva, puede que una cuestión de aislamiento y pérdida de aptitudes sociales por el modelo laboral japonés, o puede que sea cualquier otra cosa, no lo sé, pero el hecho es que cada vez más japoneses deciden no practicar sexo.
Este preocupante fenómeno surge principalmente en hombres jóvenes, y no sería preocupante si no fuera porque Japón tiene la segunda tasa de natalidad más baja del mundo después de Mónaco.
Según los análisis que se han llevado a cabo el fenómeno tiene lugar por el desplazamiento del papel del hombre a favor de la mujer en la sociedad japonesa, de forma que los hombres jóvenes adoptan este comportamiento para no sentirse cuestionados.
Las mujeres, sin embargo, quieren formar familias, pero los hombres prefieren el sexo de pago y el onanismo. Uno de los entrevistados del primer documental explica que le resulta mucho más fácil. Es más rápido, no tienes que dar explicaciones y no tienes que preocuparte por hacer disfrutar a la mujer. El egoísmo llevado al sistema.
Como podemos ver en el desolador panorama que se muestra en este documental existen dos facetas en el individuo. Lo que se muestra en público y lo que se es en privado. Algo a lo que estamos acostumbrados, pero en el caso japonés mucho más acentuado. Sin embargo ;
¿Siempre fue así el sexo en Japón?
¿Como era el sexo nipón en la antiguedad?
(Continuará en la segunda parte)
fuente: quecarallo.net
deprimente de cojones. Están enfermos estos japoneses
ResponderEliminar...En efecto diría que es bastante triste, si bien en realidad no me dan ninguna pena los japoneses; creo que todo esto es tan solo otra consecuencia más de la des humanización de una sociedad que ya lo estaba antes de la segunda guerra mundial.
ResponderEliminarMe sorprende que no se traten dos puntos que para mí son trascendentales al criticar la sociedad machista y onanística japonesa:
ResponderEliminar1- Muchas personas sienten que parte del gozo de las relaciones sexuales está en hacer disfrutar a otra persona y sólo por ello les merece más la pena acostarse con otra persona que "tocarse".
2- Muchas veces el sexo está asociado a una cosa ya casi olvidada por la sociedad moderna llamada "sentimientos". Sí, aún queda gente que siente cosas por otras personas y parte de ese cariño se expresa a través del sexo. Por lo que veo en estos documentales los japoneses no sólo prescinden del sexo sino que van más allá y evitan cualquier expresión de afecto con personas del sexo opuesto (besos, caricias, etc).
Con una sociedad completamente deshumanizada como esa quizás lo mejor que pueda suceder es que se autoextingan al no procrear y sean sustituídos por robots, que al fin y al cabo vendrán a ser lo mismo.
Finalmente puntualizar que si bien me asquea ese extremo de la sociedad japonesa también me lo hace la feminista sociedad española donde sucede todo lo contrario y el hombre siempre depende de la voluntad de una mujer que no hace absolutamente nada por ligar sino simplemente "dejarse ligar" por el que se tome el trabajo de conquistarla, está muchas veces sobrevalorada, y que siempre tiene el poder de "no sentirse satisfecha". Sé que en otros países del mundo el rol de la mujer es mucho más paritario con el del hombre que en el nuestro.
Así que, desde mi punto de vista, podemos criticar a los japoneses pero nuestro sistema tampoco es perfecto.